el blog de ruben
EL PROFESOR IDEAL
Desde que nacemos, estamos aprendiendo. Aprendemos a comer, dormir, andar y comunicarnos. Este aprendizaje es por imitación de unas series de conductas que nos vienen dadas por nuestro entorno y que en edades muy tempranas nos vienen enseñadas por nuestros padres. Aprendemos gracias a estímulos que percibimos gracias a nuestros sentidos y que nuestro cerebro interpreta según la sensibilidad propia de nuestra especie. Nuestro cerebro funciona como un gran disco duro en el cual vamos grabando día a día toda la información que nos va llegando del exterior y gracias a la memoria esa información la aprovechamos cuando creemos que es conveniente. Nuestra capacidad de almacenar la información es ilimitada, aunque no siempre somos capaces de recordarla tal y como la captan nuestros sentidos. No todos tenemos la misma inteligencia y la capacidad para la solución de problemas que la vamos adquiriendo con el paso del tiempo. Mi profesor ideal sería alguien cercano a los problemas de sus alumnos y que entendiese que no todos tenemos las mismas pautas de aprendizaje, puesto que no todos los alumnos tenemos la misma capacidad de aprender y de utilizar esos conocimientos de forma correcta para solucionar problemas; como tampoco tenemos las mismas motivaciones ya que lo que a un alumno le motiva a otro en la misma situación le puede crear una gran frustración, que le podría conducir a un desequilibrio emocional en todos los aspectos de su vida. La motivación de los alumnos no solo debe provenir del profesor, ya que también la familia juega un papel importante en el aprendizaje, apoyando en la parte emocional y dejando para el profesor la parte constructiva del aprendizaje. La mayoría de las veces los profesores se mantienen al margen de la problemática de los alumnos.
¿EXISTE EL PROFESOR IDEAL?